Las consecuencias del amor empieza con un plano de un botones avanzando lentamente hacia la cámara a través de una típica pasarela de aeropuerto. Al llegar al final, podemos ver que lleva una maleta en la mano, toca el suelo y comienza a andar hacia su objetivo, que no sabemos cuál es.
Exactamente este es el estilo de Sorrentino, nos lleva durante toda la película con un ritmo constante que parece lento, pero no lo es, porque pasa todo aunque parezca que no pasa nada, para al final concluir con la misma elegancia del botones que se sabe con una maleta importante en la mano, que sabe que en un punto hay alguien esperándole impaciente.
Tanto Paolo Sorrentino, como el botones de la película llegan a su cliente, véase el huésped o véase los espectadores, y ambos de un modo triunfal. Pero, eso sí, sin alardes, aunque con estilo y eficacia sobresaiente. El botones entrega su maleta y se vuelve, Sorrentino entrega una preciosa película y se va a hacer otra. Ambos perfectos, ambos pulcros, ambos odian el ruido y el alboroto, ambos aman el sonido y la delicadeza.
Argumento de Las consecuencias del amor
Pistas confusas y secretos; trama a sorbos
Y tú preguntas qué es el amor, amor eres tú, Paolo
Planos y movimientos de cámara que son arte en sí mismos
También es notable y llamativo el uso de los espejos en Las consecuencias del amor. Para mostrar en preciosas escenas lo que esconden algunos personajes pero que desean mostrar.
Tony Servilo
En resumen, Las consecuencias del amor es una película para enmarcar si eres sorrentinista. Imprescindible si amas el séptima arte. Necesaria si tienes un mínimo de sensibilidad y buen gusto. Las consecuencias del amor es una película brillante y sobresaliente que retrata a un extraño héroe con estilo de villano. Excéntrico al amar, silencioso en su modo de vida. Le vas a amar u odiar. Por aquí somos de lo primero, sin ningún ápice de duda. Cero grietas.
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