El legendario director Woody Allen fue recibido con una ovación en el Festival de Cine de Venecia al presentar su 50ª película, el thriller en francés Coup de Chance. En una rara aparición pública, Allen compartió sus reflexiones sobre el cine europeo, la suerte en su vida y la posibilidad de filmar en Nueva York nuevamente.
La conferencia de prensa de Coup de Chance atrajo a una audiencia abarrotada en el Festival de Cine de Venecia, marcando el regreso de Allen a la escena cinematográfica después de su última aparición en Cannes en 2016. Este regreso es notable, ya que Allen se retiró de la atención pública debido a las acusaciones de abuso sexual hechas por su hija adoptiva, Dylan Farrow.
Un homenaje al cine europeo
El director neoyorquino explicó su elección de rodar en Francia y en francés como un tributo a su amor de toda la vida por el cine europeo. «Cuando éramos jóvenes, las películas europeas nos impresionaban más que ninguna otra. Queríamos hacer películas como los europeos», comentó. A pesar de no hablar francés, Allen dirigió a un elenco de actores que hablaban inglés, confiando en la expresión corporal y las emociones para guiar su dirección.
Cuando se le preguntó si consideraría rodar en otros idiomas europeos, Allen respondió que estaría dispuesto a considerarlo si surgiera una idea interesante. Además, expresó su entusiasmo por la posibilidad de filmar en su querida Nueva York, siempre y cuando se cumplan sus condiciones. «Si alguien me financia una película en Nueva York y sigue todas mis terribles restricciones, entonces haré una película en Nueva York», bromeó.
El amor por los personajes femeninos
Allen también reveló su preferencia por escribir papeles para mujeres en lugar de hombres, influenciado por cineastas como Ingmar Bergman y Tennessee Williams. «Hace veinte o treinta años, solía interpretar los papeles que escribía, pero siempre pude escribir papeles más interesantes para mujeres», compartió.
El nuevo filme de Allen explora temas de fidelidad, destino, oportunidad y suerte en una trama ambientada en París. Allen abordó el tema de la muerte en la película con su característico humor: «No hay nada que puedas hacer al respecto. Es un mal trato. Estás atrapado en él».