El legado de Kobe Bryant: anillos de NBA, un Oscar y lágrimas de amigos y enemigos

Sé que este es un mundo abierto a la cultura. Cine, series, libros… pero en ocasiones el deporte también significa eso.

Ayer, 26 de Enero de 2020, Kobe Bryant perdía la vida en un accidente de helicóptero en Calabasas (California), junto a otras 8 personas, entre las que se encontraba su hija Gigi, de 13 años. Seguramente muchos de los que estéis leyendo esto ni sabéis quién era Kobe Bryant, estrella mediática del mundo del baloncesto, el llamado heredero del imperio dejado por Michael Jordan (de hecho, muchos de sus gestos son un calco).

O a lo mejor lo habíais escuchado de oídas, si os gusta un mínimo el deporte, sabréis que ayudó a Pau Gasol en la conquista de sus 2 anillos NBA. O quizás os suene porque ganó un Oscar al mejor cortometraje de animación en 2018. No le bastaba con ganar 5 títulos de campeón en la mejor liga de baloncesto del mundo, o medallas Olímpicas.

Precisamente en este cortometraje, publicado casi 2 años después de su retirada en 2016, hablaba de su amor por el deporte de la canasta. Dear basketball era una adaptación del poema escrito por el mismo Kobe, publicado en “Players Tribune” en 2015, poco después de tomar la decisión de alejarse de la pasión de su vida, el baloncesto, anunciando su retirada. Recuerdo aquella temporada con homenajes en cada una de las 30 canchas de la NBA, con el público rendido a uno de los mejores deportistas de todos los tiempos, incluso cuando en multitud de ocasiones había sido su verdugo en la pista, apeándoles de conseguir sus sueños más anhelados.

La animación de Glen Keane y la banda sonora de John Williams pusieron la guinda a una historia que comenzaba con un niño colocándose los calcetines con los que jugaba su padre en Italia, y terminaba en su casa, el Staples Center de Los Ángeles, anotando 60 puntos a Utah Jazz en su último partido el 13 de Abril de 2016, rodeado de todo el cariño de los suyos. Entrenadores, compañeros, familia y amigos que le acompañaron a lo largo de toda su carrera.

Ayer, tras su fallecimiento, el mundo del baloncesto, y del deporte en general, quedó roto. Su trascendencia iba más allá de su juego, de ese gen ganador y competitivo que solo tienen los más grandes. Su Mamba mentality. Multitud de declaraciones entre lágrimas de grandes jugadores, personajes públicos y aficionados. Incluso rivales a los que les privó del éxito. Incluso amigos enemistados que terminaron por rendirle pleitesía. Recuerdos sobre todo lo que les enseñó. Sobre el trato de cercanía recibido. Sobre cómo les ayudó a salir de sus peores momentos en la vida siendo un referente en quién convertirse.

Kobe Bryant nos deja un poco huérfanos en una muestra más de lo efímera y frágil que es la vida. En sus propias palabras:

«Diviértete. La vida es demasiado corta como para frustrarse y desanimarte. Tienes que seguir avanzando. Tienes que seguir adelante. Pon un pie delante del otro, sonríe y simplemente continúa tu camino”.

Disfrutar, compartir, hacer lo que te guste, amar, vivir. Una enseñanza que todos debemos interiorizar, pues la mayoría de nosotros estamos por aquí de paso. Por suerte, otros perdurarán para siempre.

 

Rubén Fuentes Ibáñez

Rubén Fuentes Ibáñez

Deportes, cine y series, videojuegos, música, viajes, marketing y curiosidades. Me gusta reflexionar. Follow me. 

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