El cine ha perdido a uno de sus grandes: Alan Arkin, el actor que nos hizo disfrutar con su talento y su humor en películas como ‘Argo’, ‘La última locura de Mel Brooks’ o ‘Pequeña Miss Sunshine’. Arkin murió el sábado 2 de julio a los 88 años, según confirmó su agente. El intérprete deja un legado de más de 60 años de carrera y cuatro nominaciones al Oscar, una de las cuales se llevó por su inolvidable papel de abuelo gruñón y drogadicto en la aclamada comedia indie de 2006 ‘Pequeña Miss Shunshine’.
Arkin nació en Nueva York en 1934 y comenzó su andadura artística como músico folk, formando parte del grupo The Tarriers. Pronto se interesó por la actuación y debutó en el cine con ‘Calypso Heat Wave’ en 1957. Sin embargo, su gran salto llegó con ‘El ruso loco’, una sátira de la Guerra Fría que le valió su primera nominación al Oscar en 1966.
Un actor versátil y carismático
Desde entonces, Arkin demostró ser un actor versátil y carismático, capaz de adaptarse a diferentes géneros y registros. Participó en clásicos como ‘El corazón es un cazador solitario’, ‘La extraña pareja’,’ El golpe’, ‘Edward Scissorhands’ o la ya mencionada ‘Pequeña Miss Sunshine’. También se atrevió con la dirección, el guion, la producción y la escritura, publicando varios libros de memorias y ficción.
Su último trabajo fue la serie de Netflix ‘El método Kominsky’, donde compartió protagonismo con Michael Douglas. Por su papel de Norman Newlander, un agente de Hollywood viudo y sarcástico, recibió un Globo de Oro y una nominación al Emmy. Su ausencia en la tercera y última temporada se explicó diciendo que su personaje había fallecido.
