Crítica de «Videodrome», la película de Cronenberg

Videodrome película Cronenberg

En contadas ocasiones uno ve una película o lee un libro que le sorprende por la asombrosa relación que guarda con el presente a pesar de haber sido escrito o producida muchos años atrás. Ese es el caso de Videodrome, la película con la que Crononberg se encargó en 1983 de realizar una brutal crítica a la violencia y sexualidad que se alzaba en cine y televisión en esos momentos.

En este caso, el director fue capaz, de advertir no sólo el enorme desarrollo que tendrían las anteriores temáticas en los productos audiovisuales sino que es capaz de atinar con una acierto que pone los pelos de punta en cuestiones que atañen a la organización y desarrollo social.

Argumento de Videodrome

El encargado de contenido de un pequeño canal de televisión tiene una obsesión que une su ocio y vida profesional: los vídeos sobre sexo y violencia. En el trabajo se encarga de buscarlo para emitirlo en la cadena, pero, al llegar a casa, continúa viendo estos vídeos que le suele ceder un amigo con el que comparte avanzadas antenas tecnológicas para tal fin. 

Un día se topa por casualidad con una nueva cinta, llamada Videodrome, más violenta y que además parece ser real, o al menos más real que el resto. Tras verla varias veces empezará a experimentar grotescas alucinaciones.

YouTube video

 

Crítica

Desde el minuto uno de la cinta,  el presente que ahora vivimos parece llamar a la puerta del pasado en que se grabó. Una mujer, a través de la televisión, se encarga de despertar al protagonista y hacerle un resumen de lo que le espera ese día. Imposible no ver a la Siri o Alexa de turno. No es la única referencia que asusta por lo acertada, también llegan a decir que en el futuro tendremos nombres sociales, imposible no ver tampoco los nicks de redes sociales. 

Pero lo que más asusta en Videodrome es la filosófica reflexión en torno al peso de la violencia y sexo en cine y televisión. Cómo de una forma aberrante el personaje se corrompe mentalmente por culpa del indiscriminado consumo de sexo oscuro y gore, cada vez más gore porque, según dicen en la propia película, la sobreestimulación que sufrimos provoca que queramos más cantidad y más gore. Visión muy lúcida para quien lo viera en 1983, casi profética vista desde nuestros días.

En ambas fechas, también, se entiende a aquel que lo graba, por una razón desconocida como un subversivo que se cree con el poder, que cree erróneamente cree estar por encima de todo.

El pero de Videodrome es su ensañamiento, su no dejar un reposo alguno al espectador. Ataca demasiado pronto e intenta que dure en casi toda la película un estado de alerta en el que la ve, tan alto que finalmente agota. Se puede tener la alta agresividad en cuanto a las imágenes que muestra y sus potentes reflexiones, pero no durante tanto tiempo. Aún así, es una de esas películas gore de calidad.

 

¿Has visto ya, una de las mejores películas de David Cronenberg, Videodrome? ¿Te gustó, te aterró, te fascinó, te dio asco? Puedes contarnos lo que quieras a través de las redes sociales o correo electrónico.

 

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